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- Colectas-



San Francisco encuentra en Dios el sumo bien. Tanto amor no se puede esconder. Es para agradecerlo y compartirlo. Por  debemos  plasmarlo con nuestro comportamiento una solidaridad humana que le permita comprobarlo. La espiritualidad franciscana en la vida concreta de cada persona es vivencia agradecida y humilde de entrega, compromiso, generosidad y altruismo con los otros, especialmente con los últimos.